lunes, 30 de abril de 2012

Revés

Por un vegestorio de ideas nuestras aquí estamos. Metidos en la misma bolsa donde minutos atrás pensamos haber extraviado tu mano y mi cintura para siempre. Nos enreda el calor de esa mancha en vilo sobre la pared que a veces no puede dormir. Yo me despierto agotada. Junto a la cama las palabras transpiran, van y vuelven. Son nombres deshidratados que se repiten, lugares y estaciones que no me importan, pero te esconden en la voz de otro humano. Crecen los yuyos en la almohada. Nosotros somos un campo abandonado donde la libertad corre y se desnuda a lo lejos. Te vas charlando solo, y yo aquí olvidada en una selva de viejos aplausos. Sólo me queda esperar algo en la llovizna. Andá, luego te alcanzo.

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