martes, 22 de mayo de 2012

Hora pico

Sólo tengo esta silla. Esta silla y esta mano que sostiene mi silla. La mano que nace desde el bolsillo rojo. Un bolsillo rojo que me duele aquí a la izquierda. Aquí a la izquierda donde escucho el ruido. Un ruido que charla con mi cabeza. Cabeza liviana que nunca piensa. Piensa que tiene que salir a pasear. Salirse del cuello y pasear. Un cuello que se desnuda ante una soga. Soga que asoma como una lengua peluda por la boca. La boca sucia de la gente. Gente de diccionario y calendario. Calendario que atasca las patas de la silla. Sólo tengo esta silla. Y sólo tengo esta ventana.

* este texto nace del vientre de un paro de subtes y de todas las reflexiones que el mismo conlleva

miércoles, 9 de mayo de 2012

Cuando las vacas vuelan

Aquí estoy, aburrida con un pincel en la boca más una gotera por arreglar. El polvo en la lluvia, en las telenovelas. Una nube plateada que me espera y marco tu número de teléfono para salvarte. El otro lado de la sábana te acerca hasta mí. No me preguntes salvarte de qué cuando los dos sabemos que creerme no existe. Y me olvido de las cosas asique no sé por qué te hice volver. Cuánto plástico tan duro y grueso. La piel que no se estira. Un mundo que grita desde los cajones. El enojo otra vez y esa puerta que me mira y muerde. Si vos podés estar ahí acostado, por qué yo no? El humor triste de la noche me da una palmada en el hombro y mi cuerpo se derrite. Espero verte en el desayuno y poder desearte felíz cumpleaños.

viernes, 4 de mayo de 2012

Visceral

Tenerte sobre mis piernas, Alma. Con vos el barro es sincero. Sentarnos a charlar así las orillas de sal no llegan. Eres el azar de un tarot desvelado en el que la muerte no sabe decir su nombre. Vital y rotunda sobre el paisaje de mi espera. Me tomas de los pies, te enciendes en la sombra de casa espejo en vano. Las noches pasan sobre el día como el hambre de mi reloj y todo llora. Sólo yo respiro, camino con mi Alma por las paredes del instante.

lunes, 30 de abril de 2012

Revés

Por un vegestorio de ideas nuestras aquí estamos. Metidos en la misma bolsa donde minutos atrás pensamos haber extraviado tu mano y mi cintura para siempre. Nos enreda el calor de esa mancha en vilo sobre la pared que a veces no puede dormir. Yo me despierto agotada. Junto a la cama las palabras transpiran, van y vuelven. Son nombres deshidratados que se repiten, lugares y estaciones que no me importan, pero te esconden en la voz de otro humano. Crecen los yuyos en la almohada. Nosotros somos un campo abandonado donde la libertad corre y se desnuda a lo lejos. Te vas charlando solo, y yo aquí olvidada en una selva de viejos aplausos. Sólo me queda esperar algo en la llovizna. Andá, luego te alcanzo.